viernes, 30 de diciembre de 2022

Caos y creación. Enrique Anderson Imbert.

Al mundo le faltaba una criatura que pudiera consolar a todos. Entonces los hombres crearon a Dios. Sea que lo concibieran pensando en sus mejores sueños o, al contrario, que lo modelaran con el barro de la naturaleza y siguiendo las líneas del miedo, lo cierto es que Dios salió con figura humana.
Ya el mundo estaba completo: tenía Dios.
Las bestias, con la cabeza baja, siempre miraban hacia el suelo: los hombres, con la cabeza alta, a veces miraban hacia el cielo. Hacía dónde miraba el Dios recién inventado nadie lo pudo saber. Solo, muy solo, se quejaba de que, después de hacerlo tan parecido a los hombres, lo desterrasen sin embargo lejos de los hombres; y paseaba por los baldíos del cielo preocupado por la posibilidad de que un buen día, por inservible, los hombres lo deshicieran.

El gato de Cheshire, 1965.

No hay comentarios:

Publicar un comentario