Teseo, con esta espada matarás al
Minotauro, que es tu sombra; tómala, siente su peso, pruébala en
mí, deja que mi sangre te guíe de vuelta. No temas, acostumbrarás
tus ojos a la oscuridad, podrás sentirme acezar en el laberinto de
tu corazón. Ve, guerrero, hunde el acero y grita. Manifiesta tu odio
que yo revierto la historia: soy el toro y el hombre, el monstruo, la
pesadilla, y también el lugar de la pérdida y el espejismo.
Que
el cierzo me lleve si lo que digo es mentira.
Del blog de la autora: Ojo Travieso.
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