miércoles, 5 de abril de 2023

Érase una vez un hombre. Daniil Jarms.

Érase una vez un hombre que se llamaba Kuznetsov. Un día se le rompió un taburete. Salió de casa y se dirigió a una tienda a comprar cola de carpintero para pegar el taburete.
Cuando Kuznetsov pasaba cerca de un edificio en construcción, cayó un ladrillo de lo alto y le dio en toda la cabeza.
Kuznetsov se desplomó, pero enseguida se levantó de un salto y se tentó la cabeza. A Kuznetsov le había salido un enorme chichón en la cabeza.
Kuznetsov se frotó el chichón y dijo.
-Yo, ciudadano Kuznetsov, había salido de casa y me dirigía a la tienda a... a... a... ¡Diantres, qué es esto! ¡Se me ha olvidado a qué iba yo a la tienda!
En ese momento, un segundo ladrillo cayó del tejado y de nuevo le dio a Kuznetsov en toda la cabeza.
-¡Ay! -exclamó Kuznetsov. Se llevó las manos a la cabeza y se notó un segundo chichón-. ¡Pues sí que estamos buenos! -dijo Kuznetsov-. Yo, ciudadadno Kuznetsov, había salido de casa y me dirigía a... me dirigía a... me dirigía a... ¿Adónde demonios me dirigía? ¡Se me ha olvidado adónde me dirigía!
En esas, un tercer ladrillo le cayó de lo alto a Kutnetsov. Y a Kuznetsov le salió un tercer chichón en la cabeza.
-¡Ayayay! -gritó Kuznetsov, agarrándose la cabeza-. Yo, ciudadano Kuznetsov, había salido de... había salido de... ¿había salido del sótano? No. ¿Había salido del tonel? ¡No! Pero ¿de dónde había salido yo?
Del tejado cayó el cuarto ladrillo, golpeó aKuznetsov en el cogote, en el cogote le salió a Kuznetsof el cuarto chichón.
-¡Bueno, bueno! -dijo Kuznetsov, rascándose el cogote-. Yo… yo… yo… ¿Y quién soy yo? No me digas que se me ha olvidado cómo me llamo. ¡Será posible! ¿Cómo me llamaba yo? ¿Vasili Petujov? No. ¿Nikolái Sapogov? No. ¿Panteléi Rysakov? No. ¿Pero quién soy yo?
Entonces del tejado cayó el quinto ladrillo y le dio a Kuznetsov tal golpe en el cogote que Kuznetsov se olvidó definitivamente de todo lo habido y por haber y, gritando: «Oh, oh, oh», echó a correr por la calle.


***
 

¡Por favor! Si alguien ve por la calle a un individuo con cinco chichones en la cabeza, tenga la bondad de recordarle que se llama Kuznetsov y necesita comprar cola de carpintero para arreglar un taburete roto.
 

1 de noviembre de 1935.

Me llaman Capuchino, 2006.

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