lunes, 24 de abril de 2023

Redacción (II). Pablo Martín Sánchez.

Esta mañana la profe me ha dicho que mi redacción del otro día era nefasta, que si no sabía lo que era un punto y que si no podía escribir sin decir palabrotas, y yo le he dicho que no sólo sabía perfectamente lo que es un jodido punto sino que además mi texto estaba lleno de puntos, sobre todo encima de las is y de las jotas y que incluso me había permitido el lujo de poner tres puntos suspensivos y un punto y final, pero que si eso no le parecía suficiente por mí podía poner tantos puntos como le diese la gana, y que lo de las palabrotas no era asunto mío ya que yo no tenía ninguna culpa de que mis padres fuesen tan mal hablados y que seguro que ella también decía palabrotas cuando discutía con su marido, y entonces ella me ha dicho que no estaba casada y yo le he respondido que no me extrañaba, que quién la iba a aguantar con lo puntillosa que es, y entonces me ha mandado hacer otra redacción antes de salir corriendo hacia el lavabo y yo le he gritado que tampoco era para ponerse así, que esta vez iba a poner más puntos, joder, y que cuál era el tema de la redacción, pero ella ya había desaparecido por el fondo del pasillo, así que he vuelto a mi pupitre y como toda la clase me estaba mirando yo les he dicho que no se preocupasen, que era cosa de mayores y que en las cosas de mayores es mejor no meterse nunca y entonces he visto que la niña de delante me miraba con los mismos ojos que mi madre miraba a mi padre en la foto que hasta hace poco había en su habitación, y por primera vez en mi vida no he sabido adónde mirar... Y como tampoco sabía qué hacer con mis manos, me he puesto a escribir la redacción.

Fricciones, 2011.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario