Estoy aquí oxidándome, decrépito, sintiendo cómo
gotean las sombras y sube el calor desde el ardiente suelo. Al otro lado de las
sombras, el muro y el hilo de una melodía imperceptible que se filtra. Debe ser
de noche porque han cesado el resto de los ruidos y avanzan solemnes las
tinieblas. Ahora comenzaré a aullar, por si alguien me oye.
Blog de Juan Yanes, Máquina de coser palabras.
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