Voces de muerte sonaron
cerca
del Guadalquivir.
Voces
antiguas que cercan
voz
de clavel varonil.
Les
clavó sobre las botas
mordiscos
de jabalí.
En
la lucha daba saltos
jabonados
de delfín.
Bañó
con sangre enemiga
su
corbata carmesí,
pero
eran cuatro puñales
y
tuvo que sucumbir.
Cuando
las estrellas clavan
rejones
al agua gris,
cuando
los erales sueñan
verónicas
de alhelí,
voces
de muerte sonaron
cerca
del Guadalquivir.
*
Antonio
Torres Heredia,
Camborio
de dura crin,
moreno
de verde luna,
voz
de clavel varonil:
¿Quién
te ha quitado la vida
cerca
del Guadalquivir?
Mis
cuatro primos Heredias
hijos
de Benamejí.
Lo
que en otros no envidiaban,
ya
lo envidiaban en mí.
Zapatos
color corinto,
medallones
de marfil,
y
este cutis amasado
con
aceituna y jazmín.
¡Ay
Antoñito el Camborio
digno
de una Emperatriz!
Acuérdate
de la Virgen
porque
te vas a morir.
¡Ay
Federico García,
llama
a la Guardia Civil!
Ya
mi talle se ha quebrado
como
caña de maíz.
*
Tres
golpes de sangre tuvo
y
se murió de perfil.
Viva
moneda que nunca
se
volverá a repetir.
Un
ángel marchoso pone
su
cabeza en un cojín.
Otros
de rubor cansado,
encendieron
un candil.
Y
cuando los cuatro primos
llegan
a Benamejí,
voces
de muerte cesaron
cerca
del Guadalquivir.
Romancero gitano, 1928.
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