—No creo que pueda pedirse mucho más para ser un lunes por la tarde. A mí me basta esto, sabes. Charlar un poco. Verte de vez en cuando. Te veo tan poco, María. Casi ni vienes a casa. Pero qué guapa estás hija…
Yo no sé muy bien qué decirle. Cuando hago amago de levantarme, me sujeta por el brazo.
—Hasta Aluche, por favor —, me suplica, —hasta Aluche. Y yo vuelvo a sentarme. Aunque me llamo Laura. Aunque hoy es jueves. Aunque tengo que bajarme en Carabanchel.
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