El empresario anunció el
gran espectáculo: los dos magos realizarían sus actos al mismo
tiempo.
Y lo hizo así: a un lado de la pista del circo se
anunciaba con letras de neón al gran Salomón con sus secretos
milenarios, y al otro lado, a la izquierda, separado por 30 metros,
se encontraba el magnífico Ulises, heredero de Merlín.
Para no
dar ventaja a ninguno de los dos el presentador tocaba la campana y
los magos empezaban la función. El gran Salomón, levantaba a su
ayudante por el aire y la hacía volar por encima del público para
retornarla luego a su lado. El magnífico Ulises con sólo golpear su
varita mágica sobre el sombrero, sacaba un elefante y también lo
hacía volar por encima del público.
Los dos eran tan buenos
que el público no sabía a quién mirar, a quién aplaudir ni a
quién vitorear y bien pronto empezaron a dividir sus afectos, a
boicotear, los del lado izquierdo, al gran Salomón, y los del lado
derecho, a el magnífico Ulises.
Pronto la declaración de
guerra tocó a los dos magos: una noche el elefante volador del
magnífico Ulises golpeó accidentalmente a la ayudante del gran
Salomón, dejándola con cuatro costillas rotas e innumerables
heridas. Para vengarse el gran Salomón, en el siguiente acto,
convirtió al elefante en un murciélago sin rumbo que se fue a
estrellar contra uno de los postes de los malabaristas.
Al día
siguiente cuando el público del lado izquierdo aplaudía y gritaba
el nombre del magnífico Ulises por la aparición que hizo de un tren
rodando sobre la pista, el gran Salomón con uno de sus pases mágicos
los convirtió en gallinas que cacareaban y volaban por las
graderías. Entonces el magnífico Ulises convirtió al público del
lado derecho en gordos gusanos que fueron devorados rápidamente por
las gallinas. Pero cinco gusanos olvidados fueron convertidos por el
gran Salomón en cinco pumas hambrientos que devoraron a las
gallinas, y una gallina que logró huir de las graderías fue
convertida en un cazador que mató a los pumas, y el cazador fue
fulminado por un rayo que le lanzó el gran Salomón.
Cuando el
empresario salió a controlar la situación encontró la carpa vacía.
Del lado del gran Salomón sólo quedaba una varita mágica y del
lado del magnífico Ulises un sombrero de copa que giraba sobre sí
mismo en la pista de arena.
Me parece un cuento bastante interesante ya que a mi me gusta bastante la magia.
ResponderEliminarMe parece un cuento bastante interesante ya que a mi me gusta bastante la magia
ResponderEliminarHola. Me alegro de que te gustara el cuento, pero no has seguido las indicaciones para hacer correctamente el ejercicio. Debías leer un cuento escrito por tu profesora, para ello tenías que ir al listado de nombres, a la derecha y buscar el de tu profesora.
EliminarSaludos, Paula.
Me parece interesante porque no me he leido muchos "microrelatos" de Magos
ResponderEliminarMe alegro de que te haya gustado. Pero no has seguido correctamente las instrucciones de la tarea. El cuento que debías comentar debía estar escrito por tu profesora. Busca a la derecha, en el listado de nombres, el de tu profe, y lee uno de sus micros, el que tú quieras.
EliminarSaludos, Borja.