Del blog del autor. Máquina de coser palabras.
miércoles, 25 de marzo de 2020
La gallina ciega. Juan Yanes.
Me vendaban los ojos, como
para jugar a la gallina ciega, y me decían, da un paso hacia
adelante, y yo lo daba, y no pasaba nada y reían. Luego se ponían a
gritar como si hubieran enloquecido y me volvían a decir, a que no
das otro paso adelante, y yo lo daba, no me importaba y no pasaba
nada. Entonces me empujaron y caí al suelo, me pusieron los pies
encima y empezaron a pegarme con las manos en la cabeza y siguieron
gritando muy fuerte, como para jalearme, nerviosos. Se hizo un
silencio, yo continuaba con los ojos tapados y las cosas se
confundían con el negro. Me volvieron a decir si era capaz de dar un
paso más. Y yo les dije que sí, y lo di y caí al vacío. Un vacío
insondable en el que oía la voz de mi madre gritar y maldicirlos a
todos.
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