jueves, 5 de noviembre de 2020

Una actriz de Óscar. Judith Prieto Ayuda.

Soy actriz, una de las mejores, de increible talento e impecable actuación, merecedora de uno de esos Óscar otorgados anualmente cada mes de febrero en una gala repleta de glamour y lujo. Lo soy desde hace tantos años que para mí ya no hay secretos en el arte de la interpretación. Si un director me estudiara atentamente, observaría que bordo tan a la perfección mis papeles que no se distingue quién es el personaje y quién la actriz. Sin embargo, no creo que hayáis oído hablar de mí...
El despertador está sonando. Me levanto, y comienza la función. Actúo durante todo el día, es una profesión tan exigente como desgastante, pero muy reconocida. Todos saben que soy la perfecta esposa, la abnegada madre, la empleada leal y trabajadora; la que siempre tiene una sonrisa en los labios, la que nunca está cansada ni agobiada. Sí, soy actriz, y como tal, una vez al día, las luces se apagan para mí, y cae el telón. Pero no hay aplausos para esta gran actriz, sólo los ronquidos de mi marido y el estruendo del camión de la basura al recogerla debajo de mi portal. Sí, cae el telón, pero como la gran actriz que soy, mañana comenzaré una nueva función.


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