Todo es predecible. Todo ha sido previsto. Lo que estaba destinado no
se puede evitar. Incluso esta patata cocida. Este tenedor. Este
pedazo de pan negro. Incluso este
pensamiento…
Mi abuela, que barre
la acera, lo sabe. Dice que no hay dios, sólo un ojo aquí y allá
que ve con claridad. Los vecinos están demasiado ocupados viendo la
televisión como para quemarla por bruja.
El mundo no se acaba, 1990.
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