miércoles, 7 de septiembre de 2016

Otredad. Ricardo Robles.

Paseo por la calle y me doy cuenta de que me he quedado en casa. Por lo cual, regreso a por mí mismo. Al cruzar la calle, por poco y me arrolla un auto. Caray, qué hubiera pasado si me alcanza a pegar, seguramente no hubiera podido regresar a por mí mismo y estaría muerto. Cuando me veo llegar, respiro aliviado.

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