Anoche se sobrepuso a las balas que lo acribillaron
y huyó de la policía entre la multitud. Se escondió en la copa de un árbol, se
le rompió la rama y terminó ensartado en una verja de hierro. Se desprendió del
hierro, se durmió en un basural y lo aprisionó una pala mecánica. La pala lo
liberó, cayó sobre una cinta transportadora y lo aplastaron toneladas de basura.
La cinta lo enfrentó a un horno, él no quiso entrar y empezó a retroceder: dejó
la cinta y pasó a la pala, dejó la pala y fue al basural, dejó el basural y se
ensartó en la verja, dejó la verja y se escondió en el árbol, dejó el árbol y
buscó a la policía. Anoche puso el pecho a las balas que lo acribillaron y se
derrumbó como cualquiera cuando lo llenan de plomo: completamente muerto.
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