sábado, 8 de junio de 2019

El siglo de las luces. Eduardo Galeano.


Se agrietan en Europa los venerables muros de catedrales y palacios. La burguesía embiste, armada de máquinas de vapor y volúmenes de la Enciclopedia y otros imparables arietes de la revolución industrial.
De París brotan las desafiantes ideas que, volando sobre el populacho necio, dan su sello al siglo. Tiempos del furor de aprender y la fiebre de inteligencia: el Siglo de las Luces levanta a la razón humana, razón de la minoría que piensa, contra los dogmas de la Iglesia y los privilegios de la nobleza. La condenación, la persecución y el destierro no hacen más que estimular a los sabios hijos de los filósofos ingleses y del fecundo Descartes, el que empezó por dudar de todo.
Ningún tema resulta ajeno a los filósofos de la Ilustración, desde la ley de gravedad hasta el celibato eclesiástico. La institución de la esclavitud merece sus continuos ataques. La esclavitud contradice a la naturaleza, sostiene Denis Diderot, director de la Enciclopedia, Diccionario Razonado de las Ciencias, de las Artes y de los Oficios; un hombre no puede ser propiedad de su amo por la misma razón que un niño no puede ser propiedad de su padre, ni una mujer de su marido, ni un sirviente de su patrón, ni un súbdito de su rey, y quien crea lo contrario está confundiendo personas con cosas. Helvetius ha dicho que no llega a Europa barrica de azúcar que no esté teñida de sangre humana; y Cándido, el personaje de Voltaire, ha encontrado en Surinam a un esclavo sin una mano, que se la comió el molino de cañas, y sin una pierna, que se la cortaron por fugarse:
—A este precio comen ustedes azúcar en Europa.
Si admitimos que los negros son seres humanos, admitimos cuán poco cristianos somos, dice Montesquieu. Toda religión que bendiga la esclavitud merece que la prohíban, afirma el abate Raynal. A Juan Jacobo Rousseau, la esclavitud lo avergüenza de ser hombre.

Memoria del fuego II. Las caras y las máscaras. Eduardo Galeano, 1998.
Imagen: Denis Diderot, uno de los creadores de La Enciclopedia.

2 comentarios:

  1. "Helvetius ha dicho que no llega a Europa barrica de azúcar que no esté teñida de sangre humana": me gustaría saber que quiere decir exactamente con eso, tengo una idea no muy clara.
    Alguien se anima a aclararmela?
    Lo agradecería :-)

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    1. Alude a que la elaboración de azúcar proveniente de América, especialmente de Cuba y Brasil era realizado por mano de obra esclava, que por las pésimas condiciones de trabajo muchos de ellos morían o sufrían los excesos de la violencia en las haciendas.

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