Dos
líneas paralelas son aquellas que se mantienen siempre a idéntica y
prudente distancia. Dos cuerpos paralelos, por extensión del género
matemático al humano, son aquellos que están siempre cerca, que
pasan las manos por el lugar que el compañero ha ocupado unos
segundos antes, que se miran y no encuentran puentes para cruzar el
pozo marrón que separa sus miradas, que se lanzan palabras,
mensajes, cartas incluso, pero nada. Un cristal invisible, que en el
mundo matemático es la zanja entre las paralelas, separa los dos
cuerpos.
Dicen las matemáticas que esas dos líneas anhelantes
llegarán a juntarse en el infinito. Nada parecido dice ningún
tratado amatorio.
Los 400 golpes, 2008.
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