domingo, 22 de septiembre de 2019

Otra lección. Barón de Teive. (Fernando Pessoa).

El gladiador en la arena, donde lo puso el destino que de esclavo lo expuso condenado, saluda, sin que tiemble el César que está en el circo, rodeado de estrellas. Saluda de frente, sin orgullo, pues el esclavo no puede tenerlo; sin alegría, pues no puede fingirla el condenado. Saluda para que no falte a la ley aquel a quien toda la ley falta. Pero, tras acabar de saludar, se clava en el pecho la daga que no le servirá en el combate. Si el vencido es el que muere, y el vencedor quien mata, con esto, confesándose vencido, se declara vencedor.

La educacion del estoico. 1999.
 

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