viernes, 7 de mayo de 2021

El interrogatorio. Virgilio Piñera.

¿Cómo se llama?
-Porfirio.
¿Quiénes son sus padres?
-Antonio y Margarita.
¿Dónde nació?
-En América.
¿Qué edad tiene?
-Treinta y tres años.
¿Soltero o casado?
-Soltero.
¿Oficio?
-Albañil.
¿Sabe que se le acusa de haber dado muerte a la hija de su patrona?
-Sí, lo sé.
¿Tiene algo más que declarar?
-Que soy inocente.
El juez entonces mira vagamente al acusado y le dice:
-Usted no se llama Porfirio; usted no tiene padres que se llamen Antonio y Margarita; usted no nació en América; usted no tiene treinta y tres años; usted no es soltero; usted no es albañil; usted no ha dado muerte a la hija de su patrona; usted no es inocente.
-¿Qué soy entonces? –exclama el acusado.
Y el juez, que lo sigue mirando vagamente, le responde:
-Un hombre que cree llamarse Porfirio; que sus padres se llaman Antonio y Margarita; que ha nacido en América; que tiene treinta y tres años; que es soltero; que es albañil; que ha dado muerte a la hija de su patrona; que es inocente.
-Pero estoy acusado –objeta el albañil-. Hasta que no se prueben los hechos estaré amenazado de muerte.
-Eso no importa –contesta el juez, siempre con su vaguedad característica-. ¿No es esa misma acusación tan inexistente como todas sus respuestas al interrogatorio? ¿Como el interrogatorio mismo?
-¿Y la sentencia?
-Cuando ella se dicte, habrá desaparecido para usted la última oportunidad de comprenderlo todo –dice el juez; y su voz parece emitida como desde un megáfono.
-¿Estoy, pues, condenado a muerte? –gimotea el albañil-. Juro que soy inocente.
-No; acaba usted de ser absuelto. Pero veo con infinito horror que usted se llama Porfirio; que sus padres son Antonio y Margarita; que nació en América; que tiene treinta y tres años; que es soltero; que es albañil; que está acusado de haber dado muerte a la hija de su patrona; que es inocente; que ha sido absuelto, y que, finalmente, está usted perdido.

Muecas para escribientes, 1968.

No hay comentarios:

Publicar un comentario