Por
su
aspecto
exterior
se
trataba de
un
servicio
más:
novedoso,
revolucionario,
monstruoso,
llámeselo
como
se quiera. Pero en la práctica,
Segunda
Oportunidad
fue el éxito
económico
más
grande
del siglo
XXI.
A diferencia
de la mayoría
de las
grandes
ideas,
que
casi
siempre
son
simples,
la idea
que
había
detrás
de Segunda
Oportunidad
era
un
poco
más
compleja:
Segunda
Oportunidad
brindaba
la posibilidad, a todo
aquel que la adquiría,
de
llegar a una encrucijada
en
su
vida,
y
en
vez de
tener que
optar
por
uno
de
los
caminos... seguir
con los
dos.
¿No
sabes
si abortar
y dejar
a tu novio
o casarte
con
él y formar
una
familia? ¿No
estás seguro
de
si irte
a vivir
al exterior
o seguir
aquí
en
el negocio
de tu padre?
Ahora
ya
puedes
hacer
las dos cosas.
¿Cómo
funciona?
Del
siguiente
modo:
¿llegas
a una
importante
encrucijada
en tu vida
y no puedes decidir? Ingresas en la
sucursal Segunda Oportunidad
más cercana a tu domicilio y
das a
nuestros empleados toda
la información
sobre
el dilema.
Después,
eliges
una
de las
posibilidades, según tu criterio,
y sigues viviendo
tu vida. No
te preocupes,
la segunda
posibilidad,
la que no escogiste,
no desaparece.
Ingresa en una de las computadoras
"Si sólo
hubiese"
(marca
registrada), tras
una
evaluación
exacta
de todos
los
datos. Después
que
terminas
de
vivir
toda
tu vida,
tu cadáver
es
trasladado
a uno
de
los salones
"El
camino que
no fue
elegido"
(también
marca
registrada),
y allí
toda
la información
es transmitida
en tiempo
real
dentro
de tu cerebro, al que mantienen
vivo con ayuda de un proceso
bioelectrónico
exclusivo, desarrollado
especialmente para dicho fin. Así, a
través de tu cerebro, podrás vivir
realmente,
una a
una, las otras vidas que habrías
podido vivir.
¿MIRI
O SHIRI? ¿HIRI O BIRI?
¿UNA
BUEN
A VEJEZ O QUIZÁS
EL HARAKIRI?
¿UN
HIJO O UN PERRO? ¿ADOPCIÓN O FERTILIZACIÓN?
¿EMIGRAR
A MIAMI
O INVERTIR
EN REMODELAR LA CASA?
¿LA
ESCUELA
DE LA VIDA O ESTUDIOS
DE PERFECCIONAMIENTO?
CON
NOSOTROS EN SEGUNDA
OPORTUNIDAD
TE COMERÁS
EL PAN Y TAMBIÉN
LA TORTA.
Maravilloso.
Algo
realmente
maravilloso,
sin
una
pizca
de cinismo.
Hay
muy
pocos
inventos
que
logran realmente
satisfacer
una
necesidad
humana.
El noventa
y nueve
por
ciento
de
ellos
son
sólo
una
espantosa combinación
de
venta agresiva y
clientes débiles de
carácter.
Y Segunda Oportunidad
se
encuentra,
sin
duda alguna, en el porcentaje
restante,
el significativo,
el provechoso, pero, ¿qué relación
tiene todo esto con Oran?
Nuestro
Oran vivía
una
vida recta como una regla, rápida
como un proyectil,
sin desviaciones
ni sobresaltos,
por lo menos hasta ahora. El padre de Oran... eso ya es totalmente
otra historia. El padre de Oran no sólo
había
contratado Segunda Oportunidad
sino que no dejaba de mencionarla
ni un instante:
—Si
no
fuera
por esa
maldita
Segunda
Oportunidad,
jamás, pero
jamás,
me
habría casado
con
la asquerosa de tu madre —solía
decirle a Oran al menos una vez por día—. Te
juro, a
veces me dan ganas de pegarme un
tiro en la cabeza, sólo para llegar
ya a "El camino que no fue elegido".
(Un
tiro en
la cabeza,
a
propósito,
no es precisamente
una muy buena elección.
Segunda Oportunidad
no se
hace
responsable
por
la calidad
del
servicio
en
caso
de
daño
significativo
del
tejido
cerebral.)
Oran
sabía que su padre en realidad
no tenía intenciones
de hacerlo y esperaba que su madre
también lo entendiera, pero aunque
lo entendiese, no por eso su comportamiento
le resultaba menos hiriente.
—Si
papá
hubiese contratado Segunda
Oportunidad cuando quedaste embarazada de
mí —intentaba consolarla Oran.
—Machacaría
sobre eso de la misma manera:
"Me pegaría un
tiro en la cabeza sólo para volver
a
vivir mi vida otra
vez
sin
este
hijo
egoísta.
Si me
muriese
mañana
ni se
molestaría
siquiera
en
decir
un
kadish
(1)
por
mí". Sabes como es papá, no
tiene nada que ver contigo.
La
verdad
es
que su
madre
había
sacado
Segunda
Oportunidad
cuando
quedó
embarazada
de
él, pero había sido lo
suficientemente
discreta como para no revelárselo
nunca. En su caso "El camino
que no
fue elegido" la llevaba
al mismo divorcio
veloz, iniciativas
exitosas en
los
negocios
y a
un
segundo matrimonio
feliz. Nada terrible, también
lograría vivir esa vida.
A
Oran siempre le gustaron las mujeres rellenas,
morenas,
con senos grandes y
labios gruesos, y
Mika, que a propósito
era
muy,
pero
muy
hermosa,
tenía
un
aspecto
totalmente
opuesto.
Flaca,
chata
como
una
tabla
y unos
labios
del
grosor
de una
tarjeta
de crédito.
Pero
el amor, como suele decirse, es
ciego,
y Oran
se enamoró.
Antes
del casamiento,
no sacaron Segunda
Oportunidad,
y tampoco
antes
de los mellizos.
Oran
se opuso
radicalmente.
Decía
que
el ser
humano
debía
responsabilizarse
de
sus
propias
decisiones.
Y Mika
ya hacía
tiempo que había derrochado
la suya en un novio anterior,
cuya propuesta
de matrimonio,
para una vida normal, había
rechazado.
Y la idea de que después de su
muerte ella
se casara con otro,
frustraba
bastante a Oran,
pero
también
lo inició
en
las
ambiciones.
El deseo
de
sentir
que
él era
la elección
correcta
lo impulsó, muchas veces, a mejorar
como marido.
Años
más
tarde,
en
un Pesaj,
seis
meses
después
que Mika
completara
su primera
oportunidad
y
dejara solo a Oran,
sus nietos le preguntaron
cuál
había sido
su Segunda
Oportunidad
y
él les dijo que no existía
tal cosa. Ellos no le creyeron.
—Abuelo
mentiroso — gritaron—.
El abuelo tiene vergüenza.
Después
robaron
el Afíkoman
(2)
y él hizo como
que
no
lo encontraba
y
le abrieron la puerta
a
Elías,
que se negaba a
venir. En esos años la gente ya
casi había dejado de usar los servicios de la Segunda Oportunidad
y habían pasado a la "La
tercera es la Vencida" (marca
registrada),
que
te brindaba un
tercer camino interesante de
recorrer, sin ningún gasto extra.
PORQUE
MÁS VALE TRES
PÁJAROS
EN
MANO
QUE
DOS VOLANDO.
VENGA,
HOY
MISMO AL "DE
TRES
SALE UNO".
VENGA,
QUE
EL MUNDO ESTÁ
POR
ESTALLAR
.
(1).
Oración fúnebre que recita preferiblemente el hijo a la muerte de
los padreso, en su defecto, la persona más próxima al difunto.
(2).
Últimas miguitas de pan leudado que se esconden en la casa y que
suelen buscar los más pequeños para después sacarlas fuera y que
la casa quede limpia de levadura para los ocho días de la Pascua.
Un hombre sin cabeza, 2010.
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