¡Fue sueño ayer; mañana
será tierra!
¡Poco antes, nada; y poco después, humo!
¡Y
destino ambiciones, y presumo
apenas punto al cerco que me
cierra!
Breve combate de importuna guerra,
en mi
defensa soy peligro sumo;
y mientras con mis armas me
consumo,
menos me hospeda el cuerpo, que me entierra.
Ya
no es ayer; mañana no ha llegado;
hoy pasa, y es, y fue, con
movimiento
que a la muerte me lleva despeñado.
Azadas
son la hora y el momento,
que, a jornal de mi pena y mi
cuidado,
cavan en mi vivir mi monumento.
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