Un claro en un jardín oscuro o
un pequeño espacio de luz entre hojas negras. Allí estoy yo, dueña
de mis cuatro años, señora de los pájaros celestes y de los
pájaros rojos. Al más hermoso le digo:
-
Te voy a regalar a no sé quién.
-
¿Cómo sabes que le gustaré? -dice.
-
Voy a regalarte –digo.
-
Nunca tendrás a quien regalar un pájaro –dice el pájaro.
Prosa completa, 2015.
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