jueves, 5 de enero de 2017

La casa de reposo. Fernando Iwasaki.

La madre superiora miró hacia el cielo como buscando una señal divina, y en sus ojos desvelados de oraciones reverberó cristalina una lágrima. 
–¿Y dice usted que el viejo profesor se niega a ir a misa, hermana? 
–Así es, reverenda. Y maldice y ofende a María Santísima. 
–No importa, hermana. Llévelo entonces a dar un paseo por el huerto. 
–Sí, reverenda. 
–Hermana… 
–¿Sí, reverenda? 
–Que parezca un accidente.

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