Fábola
y Tigre han decidido tomarse un tiempo. Él es el primero en beberlo.
Ella tiene un poco de miedo, pero Tigre la incita a coger la copita y
tragarse el líquido de una sola vez.
—Amargo
—Más
bien ácido.
—Como
el limón.
—Pero
con un toque de cicuta.
—Oh,
sí.
Y
así hablaban hasta que el tiempo surte efecto. Los devora de
inmediato, sin el trivial acto de canibalismo.
Fábola
y Tigre se miran. Son un par de desconocidos en la enormidad de las
praderas amarillas.
Diálogo de Tigres. Lilian Elphick, 2011.
No hay comentarios:
Publicar un comentario