Una
rana —una rana loca según opinión de los sapos— se dijo:
—Desde
hoy no comeré otra cosa que reflejos de estrellas...
Después
de algunas noches ya no canta: cli, cli, cli, cli, como antes.
Ahora
canta como un zorzal, canta como si le hubieran nacido alas de
pájaro.
Los animales hablan. Álvaro Yunque, 1985.
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