Verde que te quiero verde.
Verde
viento. Verdes ramas.
El
barco sobre la mar
y
el caballo en la montaña.
Con
la sombra en la cintura
ella
sueña en su baranda,
verde
carne, pelo verde,
con
ojos de fría plata.
Verde
que te quiero verde.
Bajo
la luna gitana,
las
cosas le están mirando
y
ella no puede mirarlas.
*
Verde
que te quiero verde.
Grandes
estrellas de escarcha,
vienen
con el pez de sombra
que
abre el camino del alba.
La
higuera frota su viento
con
la lija de sus ramas,
y
el monte, gato garduño,
eriza
sus pitas agrias.
¿Pero
quién vendrá? ¿Y por dónde...?
Ella
sigue en su baranda,
verde
carne, pelo verde,
soñando
en la mar amarga.
*
Compadre,
quiero cambiar
mi
caballo por su casa,
mi
montura por su espejo,
mi
cuchillo por su manta.
Compadre,
vengo sangrando,
desde
los montes de Cabra.
Si
yo pudiera, mocito,
ese
trato se cerraba.
Pero
yo ya no soy yo,
ni
mi casa es ya mi casa.
Compadre,
quiero morir
decentemente
en mi cama.
De
acero, si puede ser,
con
las sábanas de holanda.
¿No
ves la herida que tengo
desde
el pecho a la garganta?
Trescientas
rosas morenas
lleva
tu pechera blanca.
Tu
sangre rezuma y huele
alrededor
de tu faja.
Pero
yo ya no soy yo,
ni
mi casa es ya mi casa.
Dejadme
subir al menos
hasta
las altas barandas,
dejadme
subir, dejadme,
hasta
las verdes barandas.
Barandales
de la luna
por
donde retumba el agua.
*
Ya
suben los dos compadres
hacia
las altas barandas.
Dejando
un rastro de sangre.
Dejando
un rastro de lágrimas.
Temblaban
en los tejados
farolillos
de hojalata.
Mil
panderos de cristal,
herían
la madrugada.
*
Verde
que te quiero verde,
verde
viento, verdes ramas.
Los
dos compadres subieron.
El
largo viento, dejaba
en
la boca un raro gusto
de
hiel, de menta y de albahaca.
¡Compadre!
¿Dónde está, dime?
¿Dónde
está mi niña amarga?
¡Cuántas
veces te esperó!
¡Cuántas
veces te esperara,
cara
fresca, negro pelo,
en
esta verde baranda!
*
Sobre
el rostro del aljibe
se
mecía la gitana.
Verde
carne, pelo verde,
con
ojos de fría plata.
Un
carámbano de luna
la
sostiene sobre el agua.
La
noche su puso íntima
como
una pequeña plaza.
Guardias
civiles borrachos,
en
la puerta golpeaban.
Verde
que te quiero verde.
Verde
viento. Verdes ramas.
El
barco sobre la mar.
Y
el caballo en la montaña.
Romancero gitano, 1928.
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