martes, 21 de febrero de 2017

El inmortal. Rafa Heredero.

No era habitual que entre aquellas gentes nacieran gemelos. De ahí la curiosidad del poblado cuando sus padres los presentaron a la hechicera para que les adivinase el futuro. Al coger en brazos al primero de ellos, se tambaleó, y a duras penas logró balbucear que ese niño sería inmortal, antes de enloquecer, víctima de violentas alucinaciones.
El niño creció con el respeto de la comunidad —la hechicera jamás había fallado una predicción—, y de mayor recibió las piezas de caza más codiciadas, las hembras que quiso poseer, y sobre su piel se dibujaron los símbolos sagrados que únicamente él podía exhibir.
Un día, con esa confianza ciega en su destino, decidió salir de caza él solo. Entonces, su hermano gemelo, el olvidado, siguió sus pasos, y amparado por las sombras de la envidia, al filo de las primeras nieves, que ya empezaban a cubrir la montaña, consiguió matarlo a traición.
Y la nieve cayó con la lentitud del tiempo sobre su sepultura, y borró las huellas de su paso fugaz, hasta que un capricho del clima lo rescató intacto de su cárcel de hielo. Desde entonces, en la vitrina de un museo, reivindica día a día su condición.

Esta noche te cuento. Enero 2014.
 

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