Plantar
un árbol, tener un hijo, escribir un libro. Podía morir tranquilo.
Sin embargo cuando le llegó la hora se dio cuenta de que jamás
había viajado en barco, ni había escalado una montaña, ni se había
emborrachado con tequila, entonces se puso en campaña para hacer
esas tres cosas antes de morir. Las hizo en poco tiempo y ya en su
lecho de muerte cayó en la cuenta de que jamás había cazado un
tigre, ni había buceado en aguas cristalinas, ni le había cantado
una canción al oído a una muchacha. Se levantó de un salto y salió
corriendo. Un tiempo después estuvo a punto de morirse pero recordó
que nunca había comido helado de chocolate en la mañana, ni había
arrojado flores al río, ni había cantado ópera bajo la ducha.
Dicen
que anda haciendo cosas increíbles por el mundo. Sólo tres cosas
más antes de morir, dice y sigue viviendo.
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