I
La gigantesca ola embiste con furia el
bote y lo destroza en un segundo. Ahora, aferrado a un madero y flotando a la
deriva, Felipe implora al Altísimo por su salvación.
II
En una playa al otro lado del mar, un
niño encuentra una botella. Emocionado, la recoge y le quita el corcho para
mirar en su interior —quizás un mapa del tesoro, quizás un mensaje de auxilio
proveniente de una isla lejana—. Observa. Nada. Sólo agua turbia. Molesto,
vierte el líquido en la arena y arroja la botella al océano.
III
Felipe está confundido. Sabe que Dios
lo escuchó —vio su Ojo Todopoderoso en el horizonte— pero no tiene la certeza
de que le haya entendido: pasó de ser un náufrago en el mar a serlo en el desierto.
El mago natural y otros abracadabras. Rafael García Z, 2008.
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