viernes, 2 de agosto de 2019

Conversaciones telefónicas. María Pons Vidal.

-¿Cómo sabes que está muerto?
-Porque no ronca.
-¡La Virgen! Que no ronque no quiere decir que no respire.
-No, él no respira nunca en la cama, solo ronca.
-Para ya de decir tonterías y ponle el dedo delante de la nariz.
-¿Para qué?
-Para ver si respira.
-¡Y una puñeta! Qué asco poner el dedo delante de la nariz de un hombre muerto.
-¡Pues tócale el pecho!
-¿Para qué?
-Para ver si le late el corazón.
-¡Cómo quieres que le lata el corazón si está muerto!
-¿Y cómo sabes que está muerto?
-Primero porque no ronca; y, segundo, porque lo he envenenado.

 

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